Capítulo que enfatiza la importancia de desarrollar la consciencia corporal y la autorregulación emocional como herramientas para mejorar nuestras interacciones comunicativas y personales. Se destaca que los patrones de comportamiento repetitivos pueden moldearnos profundamente, por lo que es crucial observar y gestionar nuestras emociones de manera intencional, aprovechando la capacidad racional de nuestro cerebro para evitar respuestas impulsivas. Se introduce el concepto de corregulación, resaltando cómo nuestras emociones y comunicación no verbal impactan a los demás. El curso invita a la autoobservación diaria para identificar y mejorar aspectos como la respiración, la tensión corporal, el tono de voz y las actitudes, promoviendo cambios positivos desde uno mismo para influir constructivamente en el entorno.
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