Beneficios del yoga
29 de Septiembre de 2020
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Beneficios del yoga
Menor estrés
Una explicación no tan evidente es que el yoga ayuda a reducir el estrés. Las personas con graves preocupaciones y que padecen estrés mantienen niveles muy altos de la hormona cortisol.hora bien, esto no solo estimula el apetito, sino que también contribuye a que las calorías adicionales ingeridas se conviertan fácilmente en grasa. Además, por la influencia de la propia hormona, esa grasa tiende a concentrarse en el abdomen, un lugar muy poco recomendable. El exceso de grasa en el abdomen se asocia a la resistencia a la insulina –precursora de la diabetes tipo 2– y la enfermedad cardiaca. Al reducir el estrés, el yoga contribuye a normalizar los niveles de cortisol.
Mayor conciencia
La práctica regular de yoga también aumenta tu capacidad para sentir lo que sucede dentro de tu cuerpo. Esta conciencia te ayuda a detectar si, por ejemplo, tus músculos de la espalda están tensos o si tu estómago está ya lleno. Numerosas personas con exceso de peso tienen poca conciencia del hambre que sienten y continúan comiendo aún después de estar saciados. Además de incrementar su conciencia corporal, las personas que practican yoga aprenden a examinar sus emociones, como el miedo que les impide hacer el pino o la soledad que les impulsa a visitar la nevera por las noches. El yoga enseña a no identificarse con las emociones y a evitar actuar movidos por una emoción.
Mejor concentración
Si estás intentando comer menos, intenta prestar atención a tus hábitos alimentarios, aunque no seas capaz de cambiarlos en este momento. Si estás a punto de comenzar a comer cuando realmente no tienes hambre, analiza las emociones que podrían estar impulsando tu apetito. También es útil eliminar las distracciones. Evita la tentación de leer, ver la televisión, escuchar música o charlar con algún amigo mientras comes. En lugar de ello, intenta hacer de tu almuerzo una meditación, apreciando el sabor, textura y olor de la comida. Si ves que te enredas en tus pensamientos, sólo date cuenta de ello y vuelve a centrar tu atención en la comida y en las respuestas de tu cuerpo ante la misma.
Mejora la flexibilidad
La mejora de la flexibilidad es uno de los principales y más evidentes beneficios del yoga. Durante tu primera clase probablemente no serás capaz de tocarte los dedos de los pies y no podrás arquear la espalda. Pero si continúas perseverando, notarás gradualmente una mayor flexibilidad y llegará un momento en el que serás capaz de realizar las posturas que inicialmente te parecían imposibles. Probablemente sentirás que los dolores y molestias comienzan a desaparecer. No es casualidad. La rigidez en las caderas puede tensionar la articulación de las rodillas debido al alineamiento incorrecto de muslos y pantorillas. La tensión en los músculos isquiotibiales puede producir rigidez en las lumbares, lo que ocasiona dolor de espalda. Además, la falta de flexibilidad de los músculos y los tejidos conectivos, como las fascias y los ligamentos, puede llevar a una mala postura corporal.
Incrementa la fortaleza muscular
Los músculos fuertes no solo sirven para tener buena imagen. También nos protegen de dolencias como la artritis y el dolor de espalda y ayudan a prevenir las caídas a las personas mayores. Cuando aumentamos nuestra fortaleza con el yoga también ganamos en flexibilidad. Si sólo fueras al gimnasio a hacer pesas, podrías incrementar tu fuerza muscular pero sin ganar un ápice de flexibilidad.
Mejora tu postura
Tu cabeza es como una bola de bolos: grande, redonda y pesada. Cuando está bien equilibrada sobre una columna vertebral recta, los músculos del cuello y la espalda hacen mucho menos esfuerzo por sostenerla. Si la mueves algunos centímetros hacia delante comenzarás a tensar esos músculos. Si la mantienes inclinada durante ocho o doce horas al día es normal que te sientas cansado. Pero el cansancio podría no ser tu único problema. Una mala postura ocasiona problemas de espalda, cuello y articulaciones. Al irte encorvando, tu cuerpo podría compensarlo mediante el aplanamiento de la curva normal del cuello y la parte baja de la espalda. Esto puede producir dolor y artritis degenerativa en la columna.
Previene las lesiones de cartílagos y articulaciones
Cada vez que practicas yoga tus articulaciones hacen el movimiento completo. Esto puede ayudarte a prevenir la artritis degenerativa o mitigar su mal funcionamiento al “presionar e hidratar” las áreas del cartílago que normalmente no se utilizan. Los cartílagos de las articulaciones son como una esponja: reciben nuevos nutrientes solo cuando se “exprimen” y los fluidos son bien absorbidos. Sin una adecuada nutrición, las áreas no usadas del cartílago pueden llegar a desgastarse afectando al hueso de modo similar al que unas pastillas de freno desgastadas terminarían dañando el disco.
Protege la columna vertebral
Los discos vertebrales sirven para absorber la presión sobre las vértebras, impidiendo que se compriman los nervios y termine produciéndose una hernia. Estos discos necesitan movimiento, ya que es la única forma que tienen de conseguir sus nutrientes. Si tu práctica de yoga está bien equilibrada con diferentes asanas, torsiones e inclinaciones hacia atrás y hacia delante, ayudarás a los discos vertebrales a mantenerse en buen estado.
Mejora la salud de tus huesos
Se sabe bien que los ejercicios de levantamiento de peso fortalecen los huesos y ayudan a prevenir la osteoporosis. Muchas posturas de yoga requieren que sostengas tu propio peso corporal. Algunas, como el perro cara abajo y cara arriba, contribuyen a fortalecer los huesos de los brazos, que son especialmente vulnerables a las fracturas por osteoporosis. En un estudio no publicado realizado en California State University de Los Ángeles, se demostró que la práctica del yoga aumentaba la densidad ósea de las vértebras. La capacidad del yoga para disminuir el nivel de cortisol, la hormona del estrés, puede contribuir también a fijar el calcio en los huesos.
Mejora la circulación de la sangre
El yoga mejora la circulación de la sangre. Más concretamente, los ejercicios de relajación pueden facilitar la circulación, sobre todo en manos y pies. El yoga también aumenta la oxigenación de las células, lo que hace que funcionen mejor. Las torsiones están pensadas para extraer la sangre venosa de los órganos internos y permitir a la sangre oxigenada circular libremente una vez que se deshace la torsión. Las posturas invertidas, como la postura sobre la cabeza, postura sobre las manos y postura sobre los hombros, impulsan la circulación de la sangre venosa desde las piernas y pelvis hasta el corazón, donde es bombeada hasta los pulmones para ser oxigenada. Esto puede ayudarte si tienes las piernas hinchadas debido a problemas de corazón o riñones. El yoga también aumenta los niveles de hemoglobina y glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos. También fluidifica la sangre al reducir la agregación plaquetaria y el nivel de proteínas formadoras de coágulos en sangre, lo que puede reducir los derrames y ataques cardíacos.
Mejora el drenaje linfático y la inmunidad
Cuando contraes y estiras los músculos, mueves los órganos que ellos protegen y cuando entras y sales de las posturas de yoga, mejoras el drenaje de la linfa (un fluido viscoso rico en células del sistema inmune). Esto ayuda al sistema linfático a combatir las infecciones, destruir las células cancerosas y eliminar las toxinas que se generan por el funcionamiento celular.
Aumenta la frecuencia cardiaca
Cuando de forma regular elevamos nuestra frecuencia cardiaca hasta el rango de los ejercicios aeróbicos, podemos reducir el riesgo de infarto y aliviar la depresión. Aunque no todas las variantes de yoga son son aeróbicas, si lo practicamos vigorosamente o tomamos clases de Ashtanga yoga, nuestra frecuencia cardiaca puede aumentar considerablemente. Incluso los ejercicios de yoga que no elevan tanto la frecuencia cardiaca pueden mejorar la salud cardiovascular.
Los estudios señalan que la práctica del yoga reduce el ritmo cardiaco en reposo, aumenta la resistencia y puede mejorar la absorción de oxígeno durante el ejercicio, lo que constituye un buen indicador de mejora de la forma física. En uno de los estudios se descubrió que los que practicaban sólo el pranayama podían hacer más ejercicio con menos oxígeno.
Reducción de la presión arterial
Si tienes hipertensión, el yoga puede ayudarte. Dos estudios realizados con personas con hipertensión publicados en la revista médica The Lancet, compararon los efectos de Savasana (postura del cadáver) con el descanso en el sofá. Después de tres meses, la postura Savasana se asoció a una reducción de 26 puntos en la presión sistólica (el máximo) y una caída de 15 puntos en la presión diastólica (el mínimo). Las mayores caídas se dieron entre las personas con mayor presión arterial al inicio del estudio.
Regula las glándulas suprarrenales
Si tienes hipertensión, el yoga puede ayudarte. Dos estudios realizados con personas con hipertensión publicados en la revista médica The Lancet, compararon los efectos de Savasana (postura del cadáver) con el descanso en el sofá. Después de tres meses, la postura Savasana se asoció a una reducción de 26 puntos en la presión sistólica (el máximo) y una caída de 15 puntos en la presión diastólica (el mínimo). Las mayores caídas se dieron entre las personas con mayor presión arterial al inicio del estudio.
Asimismo, el exceso de cortisol ha sido asociado con la depresión, la osteoporosis (extrae calcio y otros minerales de los huesos e interfiere en la formación de nuevas células óseas), la hipertensión y la resistencia a la insulina. En los estudios con ratas, los niveles altos de cortisol producen lo que los investigadores denominan “comportamiento de búsqueda de alimento” (el tipo de comportamiento que te lleva a comer cuando estás enfadado, irritado o estresado). El cuerpo asimila estas calorías extra y las transforma en grasa del abdomen, lo que contribuye a ganar peso y aumenta el riesgo de diabetes y ataques al corazón.
Aumenta el nivel de felicidad
¿Te sientes triste? Siéntate en la postura de loto o, mejor aún, ponte de pie y haz la postura del bailarín real. Aunque no todo es así de simple, un estudio descubrió que la práctica continuada de yoga mejoró la depresión, incrementó de forma significativa los niveles de serotonina y redujo los niveles de la monoamino oxidasa (una enzima que interfiere en los neurotransmisores) y de cortisol.
En la Universidad de Wisconsin, el investigador Richard Davidson descubrió que el córtex prefrontal izquierdo se encuentra más activo en los meditadores. Este descubrimiento se ha asociado a mayores niveles de felicidad y a un mejor funcionamiento del sistema inmune. Las personas que llevaban años meditando de forma continuada mostraban mucha más actividad en el córtex prefrontal izquierdo.
Fomenta un estilo de vida saludable
Muévete más y come menos, es la consigna de los que están a dieta. El yoga puede ayudarte a ambas cosas. La práctica regular te pone en movimiento y quema calorías, y las dimensiones espiritual y emocional del yoga podrían animarte a abordar con más profundidad cualquier problema relacionado con el exceso de peso o la comida. Por supuesto, el yoga también puede inspirarte para que comas con más consciencia.
Reduce el nivel de azúcar en sangre
El yoga reduce el nivel de azúcar en sangre y el colesterol LDL (“malo”) y aumenta el colesterol HDL (“bueno”). Se ha descubierto que el yoga disminuye el nivel de azúcar en sangre en las personas diabéticas de varias formas: reduciendo los niveles de cortisol y adrenalina, fomentando la pérdida de peso y mejorando la sensibilidad a los efectos de la insulina. Reduce tu nivel de azúcar en sangre y reducirás también el riesgo de sufrir las complicaciones asociadas a la diabetes, como los ataques al corazón, los fallos renales y la ceguera.
Te ayuda a centrarte
Una parte importante del yoga es centrarte en el presente. Las investigaciones señalan que la práctica regular de yoga mejora la coordinación, el tiempo de reacción, la memoria e incluso las puntuaciones en los tests de inteligencia. Las personas que practican Meditación Trascendental han demostrado tener más capacidad para resolver problemas y adquirir y recordar información, probablemente porque están menos aferrados a sus pensamientos.
Relaja tu sistema
El yoga te ayuda a relajarte, a ralentizar la respiración y a centrar la atención en el presente, potenciando la activación del sistema nervioso parasimpático en detrimento del sistema nervioso simpático (o la respuesta “lucha o huida”). El primero ofrece una respuesta calmada y restauradora, reduce el ritmo respiratorio y la frecuencia cardiaca, disminuye la presión arterial e incrementa el flujo sanguíneo hacia los intestinos y los órganos reproductores, conformando lo que el Dr. Herbert Benson denomina “respuesta de relajación”.
Mejora tu equilibrio
La práctica regular del yoga aumenta la propriocepción, es decir, la capacidad de sentir lo que está haciendo tu cuerpo y la conciencia de tu cuerpo en el espacio. Las personas con malas posturas o movimientos disfuncionales suelen tener una mala propriocepción, que ha sido asociada a problemas de rodillas y dolor de espalda. Un mejor equilibrio podría traducirse en menos caídas. Para las personas mayores, esto significa más independencia y retrasar la entrada en una residencia de la tercera edad o, incluso, evitarla por completo. Para el resto de las personas, posturas como la del Árbol pueden hacernos sentir menos temblorosos dentro y fuera de la esterilla.
Cuida el sistema nervioso
Algunos yoguis avanzados pueden controlar sus cuerpos mediante técnicas asombrosas, muchas de las cuales se realizan mediante el control del sistema nervioso. Los científicos han estudiado a yoguis capaces de variar en gran medida su frecuencia cardiaca, generar determinadas ondas cerebrales y, mediante una técnica de meditación, incrementar la temperatura de sus manos en 15 grados. Si son capaces de utilizar el yoga para hacerlo, quizás tú podrías aprender a mejorar el flujo sanguíneo hacia tu pelvis si estás intentando quedarte embarazada o aprender a relajarte si tienes problemas para dormir.
Reduce la tensión de tu cuerpo
¿Alguna vez te has visto pegado al teléfono o al volante como un autómata o con la cara arrugada delante de la pantalla del ordenador? Estos hábitos inconscientes pueden producir tensión crónica, fatiga muscular y dolor en las muñecas, brazos, hombros, cuello y cara, lo que puede aumentar el estrés y deprimirte. Cuando practicas yoga, comienzas a darte cuenta de dónde acumulas tensión: podría ser en la lengua, en los ojos o en los músculos de tu cuello y cara. Simplemente tomando conciencia de ello, podrás liberar algo de tensión en tu lengua y ojos. En cuanto a los grandes músculos como cuádriceps, trapecio y glúteos, podrías necesitar años de práctica para aprender a relajarlos.
Te ayuda a dormir mejor
La estimulación es buena pero si te pasas de la raya tu sistema nervioso se verá afectado. El yoga puede ser de gran ayuda contra el ajetreo de la vida moderna. Las asanas restauradoras, el yoga nidra (una forma de relajación guiada), savasana, pranayama y la meditación fomentan el pratyahara, la mirada interior de los sentidos, que proporciona descanso al sistema nervioso. Otro de los efectos de la práctica regular de yoga, según señalan los estudios, es la mejora del sueño, que te ayudará a estar menos cansado y estresado.
Mejora el funcionamiento del sistema inmune
Las asanas y el pranayama probablemente mejoran el funcionamiento del sistema inmune aunque, hasta ahora, la mayor parte de las investigaciones se han centrado en los efectos beneficiosos de la meditación. Esa mejora en el funcionamiento se traduce en que las asanas activan el sistema inmune cuando resulta necesario (por ejemplo, elevando el nivel de anticuerpos en respuesta a una vacuna) y lo relajan cuando el cuerpo lo necesita (por ejemplo, mitigando una respuesta desproporcionada del sistema ante una enfermedad autoinmune como la psoriasis).
Expande la capacidad pulmonar
Los yoguis suelen inhalar menos veces y capturan más aire en cada inhalación, lo que es más eficiente y relajante. Un estudio publicado en 1998 en The Lancet documentó los efectos de enseñar una técnica yóguica conocida como “respiración completa” a personas con enfermedades pulmonares debido a insuficiencias cardíacas. Después de un mes, el promedio de respiraciones de estos pacientes se redujo de 13,4 a 7,6 veces por minuto. Además, su forma física mejoró considerablemente, así como el nivel de oxígeno en sangre. Se ha demostrado que el yoga mejora varios parámetros de la función pulmonar, como el volumen máximo de aire inhalado y la eficiencia de la exhalación.
El yoga también promueve la respiración nasal, que filtra el aire, lo calienta (el aire frío y seco es más propenso a desencadenar un ataque de asma en personas sensibles) y lo humidifica, eliminando el polen y otras partículas insalubres que no deberían entrar en los pulmones.
Beneficios del Yoga Previene el síndrome de colon irritable y otros problemas digestivos
El estrés puede agravar las úlceras, el síndrome de colon irritable y el estreñimiento. Si te estresas menos sufrirás menos. El yoga, como cualquier ejercicio físico, puede aliviar el estreñimiento – y, en teoría, reducir el riesgo de cáncer de colon – porque mover el cuerpo acelera el transporte de los alimentos y productos de desecho a través de los intestinos. Aunque no ha sido estudiado científicamente, los yoguis creen que las torsiones pueden ayudar al tránsito de las sustancias de desecho a través del sistema digestivo.
Proporciona tranquilidad de espíritu
El yoga disipa las fluctuaciones de la mente, según los Yogasutras de Patanjali. En otras palabras, aplaca los pensamientos recurrentes de frustración, arrepentimiento, enfado, temor y deseo que generan estrés. Dado que el estrés está asociado a numerosos problemas de salud – desde migrañas e insomnio, a lupus, eccemas, hipertensión y ataques cardíacos –, si aprendes a tranquilizar tu mente probablemente vivirás más y con mejor salud.
Aumenta tu autoestima
Muchas personas sufren de baja autoestima. Si abordas este problema de forma negativa – drogándote, comiendo en exceso, trabajando demasiado, buscando sexo fácil – el precio que pagarás será un empeoramiento de tu salud física, mental y espiritual. Si adoptas una actitud positiva y practicas yoga, sentirás (al principio, por breves momentos y después, de forma permanente) que tu vida merece la pena o, como enseña la filosofía yóguica, que eres una manifestación de lo Divino. Si practicas regularmente con la intención de examinarte y mejorar – no sólo como sustituto de algún ejercicio aeróbico – podrás conocer nuevos aspectos de ti mismo. Experimentarás sentimientos de gratitud, empatía y perdón, así como la sensación de formar parte de algo más grande. Aunque el mejoramiento de la salud no es el objetivo de la espiritualidad, suele ser uno de sus efectos, como lo demuestran numerosos estudios científicos.
Alivio del dolor
El yoga puede aliviar el dolor. Según varios estudios, las asanas y la meditación o una combinación de ambas, reducen el dolor en personas con artritis, dolor de espalda, fibromialgia, síndrome del túnel carpiano y otras dolencias crónicas. Cuando te liberas del dolor mejora tu estado de ánimo, te vuelves más activo y dejas de tomar tantos medicamentos.
Proporciona fortaleza interior
El yoga puede ayudarte a realizar cambios en tu vida. De hecho, este podría ser su mayor beneficio. Tapas, la palabra sánscrita para “calor”, es la disciplina que impulsa la práctica del yoga y se desarrolla con su ejercicio regular. Las tapas que desarrollas pueden extenderse al resto de tu vida para superar la inercia y cambiar hábitos disfunciofnales. Te darás cuenta de que, sin necesidad de esforzarte especialmente, comienzas a comer mejor, a hacer más ejercicio o finalmente consigues dejar de fumar tras años de intentos fallidos.
Te ayuda a mantenerte alejado del consumo excesivo de medicamentos Si tu botiquín parece una farmacia quizá ha llegado la hora de probar el yoga. Los estudios señalan que el yoga ha ayudado a las personas con asma, hipertensión, diabetes tipo II y trastornos obsesivo-compulsivos a reducir su dosis de medicamentos o incluso a dejarlos completamente. ¿Los beneficios de tomar menos fármacos? Gastarás menos y reducirás la probabilidad de sufrir efectos secundarios o interacciones peligrosas.
Aumenta el nivel de conciencia para transformarte
El yoga y la meditación aumentan el nivel de conciencia. Cuanto más consciente seas, más fácil será liberarte de emociones destructivas como la cólera. Los estudios señalan que la cólera crónica y la hostilidad están tan relacionadas con los ataques al corazón como la diabetes, el tabaco y el colesterol alto. El yoga reduce el enojo al aumentar los sentimientos de compasión e interconexión y relajar el sistema nervioso y la mente. También aumenta tu capacidad para observar desapasionadamente tus problemas y permanecer calmado ante las malas noticias o los sucesos estresantes. Puedes continuar reaccionando con rapidez cuando lo necesites – y hay pruebas de que el yoga disminuye el tiempo de respuesta – pero puedes tomarte unos segundos para actuar de forma más reflexiva, lo que reducirá tu sufrimiento y el de otros.
Mejora tus relaciones
El amor no lo consigue todo pero sin duda contribuye a la sanación. El apoyo emocional de los amigos, la familia y la comunidad ha demostrado ser de gran ayuda para la salud y la sanación. La práctica regular del yoga contribuye a desarrollar la amistad, la compasión y la ecuanimidad. Junto con la filosofía yóguica de no dañar a los demás, decir la verdad y tomar solo lo que necesitas mejorará muchas de tus relaciones.
Utilización del sonido para aliviar los senos
El yoga y la meditación aumentan el nivel de conciencia. Cuanto más consciente seas, más fácil será liberarte de emociones destructivas como la cólera. Los estudios señalan que la cólera crónica y la hostilidad están tan relacionadas con los ataques al corazón como la diabetes, el tabaco y el colesterol alto. El yoga reduce el enojo al aumentar los sentimientos de compasión e interconexión y relajar el sistema nervioso y la mente. También aumenta tu capacidad para observar desapasionadamente tus problemas y permanecer calmado ante las malas noticias o los sucesos estresantes. Puedes continuar reaccionando con rapidez cuando lo necesites – y hay pruebas de que el yoga disminuye el tiempo de respuesta – pero puedes tomarte unos segundos para actuar de forma más reflexiva, lo que reducirá tu sufrimiento y el de otros.
Las visualizaciones inciden en la curación del cuerpo
Si visualizas una imagen en tu mente como se hace en yoga nidra y otras prácticas, puedes conseguir cambios en tu cuerpo. Diversos estudios señalan que la visualización guiada reduce el dolor postoperatorio, disminuye la incidencia de migrañas y mejora la calidad de vida de las personas con cáncer y sida.
Mantiene a raya las alergias y virus
Las kriyas, o prácticas de purificación, son otro de los elementos del yoga. Incluyen desde rápidos ejercicios respiratorios hasta elaboradas técnicas de limpieza de los intestinos. Jala neti, la limpieza de las fosas nasales con agua salada, elimina el polen y los virus de la nariz, evita el desarrollo de la mucosidad y ayuda a vaciar los senos.
Equilibrio
Cuando eras un niño realizabas actividades que ponían a prueba tu equilibrio: caminar por bordillos o montar en monopatín. Pero ahora que pasas más tiempo conduciendo o sentado frente a una mesa que en actividades que desafían tu equilibrio, tu cuerpo puede perder esa capacidad de inclinarse hacia atrás y hacia adelante y continuar erguido. Las posturas de equilibrio son una parte fundamental de la práctica yóguica y para las personas mayores son aún más importantes. La mejora del equilibrio puede ser esencial para mantener la independencia y puede incluso salvar vidas, ya que las caídas son la principal causa de las muertes derivadas de lesiones en personas mayores de 65 años.
Te ayuda a ponerte al servicio de otros
El karma yoga (servicio a los demás) es una parte fundamental de la filosofía del yoga. Aunque tu tendencia no sea ayudar a los demás tu salud podría mejorar si lo haces. Un estudio de la Universidad de Michigan descubrió que las personas mayores que hacían un trabajo voluntario de algo menos de una hora semanal tenían el triple de probabilidad de estar vivos siete años después. El servicio a los demás puede dar sentido a tu vida y tus problemas no te parecerán tan graves cuando veas las dificultades que otras personas tienen que afrontar.
Fomenta el cuidado de uno mismo
En general, en la medicina convencional la mayoría de los pacientes son receptores pasivos de cuidados. En el yoga lo que importa es lo que haces para ti mismo, así que te ofrece herramientas que te ayudarán personalmente y podrás comenzar a sentirte mejor desde la primera vez que practiques. También te darás cuenta de que cuanto más te comprometes con la práctica más te beneficias. Esto tiene tres resultados: comienzas a ocuparte de tu propio cuidado, descubres que tu implicación te da el poder para efectuar cambios y al ver que puedes hacer cambios, te sientes esperanzado. Y la esperanza, como sabes, puede ser sanadora.
Cuida tus tejidos conectivos
Al leer sobre todos los beneficios del yoga para mejorar tu salud probablemente observarás bastantes solapamientos entre ellos. ¿El motivo? Todos ellos están profundamente interrelacionados. Cambia tu postura y cambiarás tu forma de respirar. Cambia tu respiración y cambiarás tu sistema nervioso. De hecho, esta es una de las grandes lecciones del yoga: todo está conectado. El hueso de tu cadera lo está con el de tu tobillo; tú mismo estás conectado con tu comunidad y tu comunidad lo está con el mundo. Esta interconexión es fundamental para entender el yoga. Su sistema holístico aprovecha simultáneamente numerosos mecanismos que tienen efectos aditivos o incluso multiplicativos. Tales sinergias, incluso, podrían ser la principal contribución del yoga sobre la mejora global de tu salud.
Mejora tu vida sexual
En la India, las mujeres que participaron en un retiro de yoga de 12 semanas experimentaron mejoras en diferentes áreas de su sexualidad, como el deseo, el orgasmo y la satisfacción general. El yoga (como otros ejercicios) incrementa el flujo sanguíneo y mejora la circulación en todo el cuerpo, incluyendo los genitales. Algunos investigadores creen que el yoga podría también impulsar el deseo sexual al ayudar a los practicantes a conectarse mejor con sus propios cuerpos.
Utiliza el efecto placebo para producir cambios
Solo creer que te pondrás mejor puede hacer que efectivamente te sientas mejor. Desafortunadamente, muchos científicos convencionales creen que si algo funciona a través del efecto placebo no debe considerarse válido. Sin embargo, los pacientes solo quieren curarse, por lo que si el canto de un mantra – como podrías hacer al inicio o final de una clase de yoga, en una meditación, o a lo largo del día – facilita la curación, aun en el caso de que se trate solo del efecto placebo, ¿por qué no hacerlo?
¿Cuántas calorías quemas haciendo yoga?
En una sesión de yoga la cantidad de calorías quemadas puede variar mucho. Las modalidades de yoga más vigorosas como Ashtanga, Bikram o Power yoga, sin duda quemarán más calorías que las prácticas más suaves como Yin Yoga o Yoga Restaurativo. La cantidad de esfuerzo que se requiere para cada práctica también puede variar en gran medida.
El Harvard Health Journal estima que una persona de 57 kg quemará una media de 240 calorías en una sesión de una hora de Hatha yoga. Si pesas aproximadamente 85 kg, perderás alrededor de 250 calorías en la misma sesión. Se queman más calorías que al levantar pesas pero bastantes menos que en actividades cardiovasculares como correr o montar en bicicleta.
No obstante, el yoga aumenta la masa muscular lo que acelerará el metabolismo y, por las razones antes mencionadas, puede contribuir en gran medida a perder peso.
¿Qué asanas son buenas para perder peso?
Por las razones ya mencionadas todas las formas de yoga pueden ser buenas para perder kilos. No obstante, las siguientes asanas o secuencias pueden ser especialmente beneficiosas para reducir el exceso de michelines.
Saludo al sol: Son 12 posturas de yoga combinadas en una secuencia llamada Saludo al sol. Incluye algunas de las mejores posturas de yoga. Trabaja sobre todo el cuerpo especialmente en las grandes cadenas musculares. Los principiantes pueden comenzar con unas pocas series y gradualmente aumentar el número de repeticiones. Ayuda a perder peso y también se la conoce como la reina de las asanas.
Postura del guerrero: a postura del guerrero fortalece los isquiotibiales, así como los músculos de piernas y tobillos, ya que el peso del cuerpo se transfiere a los muslos con el torso inclinado. Contribuye a estimular los órganos abdominales, lo que puede ayudar a aumentar la resistencia y prolongar el tiempo en el que puedes mantener esta postura.
Postura de la cobra: Esta postura activa el pecho y la zona de la espalda y ayuda a tonificar los glúteos. La postura de la cobra, además, ayuda a abrir el corazón y a inhalar de forma más profunda, por lo que la sangre llega a las diferentes partes del cuerpo más oxigenada, contribuyendo, a su vez, a quemar las grasas.
Postura del arco: Se trata de una postura avanzada que no sólo ayuda a quemar grasa sino también a fortalecer brazos y piernas. En esta postura se puede sentir el estiramiento de la región abdominal, extremadamente beneficioso para disolver la grasa de esa zona.
Estiramientos laterales: Es importante trabajar los músculos abdominales con la misma frecuencia que los de otras partes del cuerpo. Después de cierta edad el cuerpo deja de crecer y la grasa comienza a acumularse en el abdomen. Los estiramientos laterales contribuyen a disolver esos michelines. Estos estiramientos no quemarán muchas calorías, pero ayudan a perder centímetros de cintura. No te sorprendas si pronto tienes que empezar a usar cinturón porque se te caen los pantalones.